Fundación de la Congregación
El 28 de junio de 1878 León Dehon hace su profesión religiosa. Es la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús y el día de la fundación de nuestra Congregación. Sólo unos pocos íntimos estaban presentes. El suyo fue un acto de fe: podría parecer un sueño sin futuro: en cambio, marcó el nacimiento y el comienzo de una larga posteridad: la que él llamó la Obra del Sagrado Corazón. En esa rica experiencia de fe, nuestra Congregación encuentra su origen y su identidad. Esta fuerte convicción de fe es recordada por el P. Dehon en su Testamento Espiritual: “Os dejo el tesoro más maravilloso: el Corazón de Jesús. Él es de todos, pero tiene una ternura especial por… aquellos que se consagran a él y se entregan por entero a su culto, a su amor y a la reparación que les ha pedido. Pero deben ser fieles a esta hermosa vocación” (LC 407). La vocación, el carisma que el P. Dehon nos dejó como herencia, no es algo que deba mantenerse oculto. Es un tesoro vivo: es como el amor que se renueva cada día. Generaciones enteras de hermanos nuestros han vivido de acuerdo con ella, encontrando en ella la inspiración y la fuerza para una vida espiritual y apostólica, gastada enteramente para Dios, para la Iglesia, para la misión, para “el reinado del Corazón de Jesús en las almas y en la sociedad”.
(BRESSANELLI, V. Relectura actualizada de nuestro carisma, Dehoniana 1994/2, 15-22)