Seguir las huellas de Cristo
Un solo Señor, una sola fe, un solo Dios y Padre, un solo Espíritu, un solo bautismo: esto nos une a todos los cristianos. Sin embargo, la acción del Espíritu es variada y polifacética.
Nosotros contemplamos a Jesucristo sobre todo en sus “sentimientos” (Flp 2,5) de amor, bondad, misericordia, generosidad, don de sí mismo. En resumen: en el símbolo del corazón.
Nuestra experiencia de fe
La particularidad de nuestra devoción al Sagrado Corazón de Jesús es la profunda y viva unión con Jesucristo (mística) y el interés concreto por los temas sociales y políticos (política).
La unión con Jesucristo orienta nuestra visión de la realidad: de la gente, de la vida cotidiana, de la sociedad. Y la realidad muestra las huellas del Dios vivo, también hoy. Llevamos con nosotros la vida cotidiana a la oración.
Según la experiencia de fe del Padre Dehon
Esta experiencia espiritual fue también distintiva del Padre Leon Dehon. Ya a finales del siglo XIX, en el contexto obrero e industrial francés, el P. Dehon, impulsado por una genuina devoción al Corazón de Jesús, se comprometió apasionadamente con la justicia social. La disponibilidad, la Eucaristía, la adoración y la unión con Jesús siguen siendo elementos esenciales de la Familia Dehoniana hoy en día, al igual que la doctrina social, la educación, los grupos juveniles, los trabajadores y el compromiso social.