Reverendo P. Carlos Luis Suárez, después del período de vacaciones de verano retomó las visitas a las misiones dehonianas comenzando por la Comunidad Internacional de Asia (ICA). ¿Cuál fue el objetivo de esta visita?
El propósito principal de mi visita fue encontrarme con nuestros hermanos y acompañar el inicio de una nueva comunidad de formación. Además, la visita tuvo un carácter festivo y espiritual. El 22 de septiembre celebramos juntos la memoria del Beato Juan María de la Cruz, mártir dehoniano. Para esta ocasión especial, una reliquia de nuestro primer beato fue recibida en la comunidad formativa. Ese mismo día pudimos dialogar todos juntos sobre el momento actual de nuestra misión y la manera de seguir desarrollándola aprovechando la experiencia y el conocimiento que se ha ido adquiriendo.
¿Qué tipo de presencia tienen los dehonianos en esa área del sudeste de la China? 
Aunque están en realidades geográficas diferentes, conforman una sola comunidad, oficialmente llamada Comunidad Internacional de Asia (ICA). Se trata de una comunidad territorial compuesta por religiosos presentes en diversas casas en Hong Kong y Macao, ambas Regiones Administrativas Especiales (RAE) de la República Popular China.
¿Cuándo abrieron los Sacerdotes del Sagrado Corazón su primera misión en esta zona?
La preparación de esta misión comenzó en enero de 2014 en Manila, con un primer grupo de siete religiosos. En abril de ese mismo año se trasladaron a Macao. Algunos meses después, el P. Ornelas, entonces Superior General, realizó una visita. A partir del discernimiento compartido, se tomaron nuevas medidas para facilitar el proceso de aprendizaje del idioma y la cultura. Con este propósito, el grupo se distribuyó entre Macao, Hong Kong y China continental. El mandarín y el cantonés comenzaban así a tener espacio entre las lenguas de la Congregación.
¿Y cómo se organiza actualmente?
Actualmente, ICA cuenta con trece religiosos SCJ de siete nacionalidades diferentes: cinco de Vietnam, tres de Indonesia y uno de Argentina, Brasil, Polonia, República Popular de China y la India, respectivamente.
Cuatro de ellos residen en Hong Kong, donde colaboran activamente con la diócesis como vicarios parroquiales. Dos viven en la misma parroquia, mientras que los otros dos están en distintas parroquias. Con la guía de sus párrocos y el apoyo de los laicos, se familiarizan con la realidad pastoral y social del territorio. Su apostolado se desarrolla principalmente en cantonés, la lengua local.
¿Y los dehonianos de Macao?
En Macao, los SCJ se organizan en dos comunidades. La primera, ubicada cerca del centro histórico, está formada por tres religiosos. Colaboran con la diócesis como vicarios parroquiales y capellanes de escuelas católicas. Además, apoyan la oficina diocesana de comunicación, la enseñanza universitaria y el acompañamiento de comunidades religiosas.
Los seis restantes residen en Taipa, la isla más pequeña de las dos que conforman la RAE de Macao. Allí se encuentra la casa de formación recientemente inaugurada, bajo la protección especial del Venerable P. Martino Capelli, SCJ (1912 – 1944). Esta comunidad se compone de dos formadores y cuatro escolásticos, que habitan en varios apartamentos contiguos dentro de un edificio de veintitrés pisos.
¿Puede contarnos más sobre esta casa de formación?
Es una casa de formación creada para garantizar la continuidad de nuestra presencia en la región. Fue inaugurada el 22 de septiembre de 2025, en memoria del Beato Juan María de la Cruz, y, como mencioné, está bajo la protección del Venerable P. Martino Capelli, un dehoniano italiano que manifestó durante sus estudios de Teología su deseo de ser enviado como misionero a China después de su ordenación. Lamentablemente, este deseo no pudo concretarse debido a la Segunda Guerra Mundial.
El primer grupo de religiosos en formación inicial lo componen cuatro escolásticos, tres de ellos son vietnamitas y uno de la India. Ya han iniciado sus estudios en la Universidad de San José y se adaptan favorablemente a su nuevo entorno.
Más allá de la formación, ¿qué hacen concretamente estos seis religiosos en Taipa?
La comunidad de Taipa también se ocupa de la misión de Nuestra Señora de los Dolores. Este lugar, que originalmente fue un leprocomio, funciona hoy como centro cultural administrado por el gobierno local. Sin embargo, la capilla y una casa adyacente permanecen a disposición de la diócesis de Macao. Tras un largo período sin acompañamiento regular, con la atención de los nuestros se restableció la celebración dominical de la Eucaristía. Otras actividades pastorales se desarrollan progresivamente, incluyendo la acogida de migrantes (principalmente filipinos) y la recepción de grupos para retiros, formaciones y tiempos de reflexión.
Hemos visto imágenes suyas con personalidades locales…
Sí, durante mi estancia tuve la oportunidad de encontrarme con diversas autoridades y grupos, entre ellos: el Obispo de Macao, Mons. Stephen Lee Bun-Sang; el Reverendo Dr. Cyril J. Law, canciller de la diócesis y decano de la Facultad de Estudios Religiosos y Filosofía de la Universidad San José; el superior de la comunidad de Jesuitas en Macao, así como colaboradores laicos que apoyan la misión SCJ y simpatizan con el carisma dehoniano.
¿Se vio afectado por el desastre climático que golpeó gran parte del sudeste asiático mientras estaba allí?
Sí, el tifón Ragasa nos visitó por allá. Afortunadamente, fue anunciado con antelación y la región de Macao está bien preparada para este tipo de fenómenos naturales. Esto contribuyó a que los daños fueran mínimos en comparación con otros países de la zona.
Debido a esta situación, tuve que prolongar mi estancia dos días más en la comunidad de formación. Aunque esto me dio más tiempo, debo confesar que no fue suficiente para alcanzar el nivel que tienen los miembros de esta acogedora comunidad jugando a las cartas.
En definitiva, ¿cómo evalúa esta visita?
Sin duda de manera muy positiva. En primer lugar nos permitió reforzar nuestra comunión, a la vez que reflexionar sobre el presente y el futuro —lleno de esperanza, pero también de desafíos— de los dehonianos en el sureste de China, la presencia más joven de la Congregación en Asia.
Hay motivos más que suficientes para continuar en esta hermosa región del continente asiático y seguir compartiendo el carisma que nuestro buen Dios nos ha confiado. Tenemos mucho que aprender, por supuesto. Pero también tenemos una hermosa herencia espiritual para compartir: “el mayor de los tesoros”, como dice nuestro Fundador refiriéndose al Corazón de Cristo.