Con motivo de la celebración del Jubileo de la Vida Consagrada en la Plaza de San Pedro, el Papa León XIV, en su homilía, partió de tres verbos tomados del Evangelio (Lc 11, 9) para destacar la belleza de los tres votos religiosos principales. Se trata de los verbos “pedir”, “buscar” y “llamar”, que hacen referencia respectivamente a la pobreza, la obediencia y la castidad.
Este recordatorio de los pilares fundamentales de la vida consagrada permitió a los más de 16.000 consagrados reunidos en la Plaza de San Pedro reavivar la belleza de su compromiso. Entre los participantes en esta celebración jubilar, nuestra atención se centró en cuatro cohermanos Dehonianos (SCJ), procedentes respectivamente de India, Brasil, España y Mozambique, que aceptaron compartir su experiencia personal y el sentido renovado de su vocación.
P. Joseph Kasmir, SCJ: Alegría y gratitud en la Comunidad
El P. Kasmir subraya la alegría y la gratitud que se derivan de la naturaleza fraterna e internacional de la vida religiosa.
« Para mí, el Jubileo de la Vida Consagrada ha sido un momento de profunda alegría y gratitud al redescubrir la belleza y la grandeza de pertenecer a la gran familia de miles de personas consagradas. »
P. Ângelo José Adão, SCJ: La respuesta natural al Amor 
El P. Adão describe la vida religiosa como una reacción – una respuesta natural e imperiosa a la insuficiencia de una existencia egocéntrica.
« Para mí, la vida religiosa es una reacción. Cuando ya no es posible vivir solo para uno mismo, cuando el amor dirigido únicamente hacia uno mismo se vuelve insoportable, y nace el deseo irresistible de vivir para el Señor, entonces la vida religiosa es la respuesta natural, el eco más verdadero de esa llamada interior. »
P. Ramon Dominguez, SCJ: Un Don que se dona
La declaración del P. Ramon Domínguez, SCJ, se articula en torno a dos conceptos principales: la evidencia de la presencia activa de Dios y la naturaleza dinámica de la vocación consagrada.
„La diversidad de la Vida Consagrada me hace ver que Dios sigue derramando su Gracia en el mundo a través de tantos religiosos y religiosas que donan su vida derramando amor por Dios y los hombres más necesitados. Esto me hace vivir en alegría, disponibilidad, generosidad y donación. Aquí veo la gran belleza de la vida consagrada: es un Don que se dona.”
P. Eugenio Tarua, SCJ: Fraternidad, Internacionalidad y Promesa del Evangelio
El P. Tarua proporciona concisamente dos pilares principales que sustentan su compromiso con la vida religiosa.
« En dos frases, diría: (1) La vida fraterna y el aspecto internacional de nuestra experiencia; (2) La alegría de vivir la realidad presente de la promesa de Jesús: “Todo el que haya dejado… por mi nombre, recibirá cien veces más y heredará vida eterna.” (Mt 19, 29). »