Al servicio de una Congregación dinámica y cada vez más internacional

El tercer día del capítulo se dedicó al informe del Superior General sobre el estado de la Congregación.

de  Willyans Prado Rapozo, SCJ

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El tercer día del Capítulo General comenzó con la Santa Misa en español, presidida por el P. Juan Manuel Yépez Barreto, superior de la Región de Venezuela. Después, en la sala capitular, el P. Juan también nos dirigió una breve homilía basada en la liturgia de hoy. Recordó cómo, por boca del profeta Elías, Dios reprochó el pecado del rey Ajab y defendió a su pueblo de la opresión. Del mismo modo, el Señor nos llama a ser profetas del amor y ministros de la reconciliación, denunciando la injusticia y mostrando compasión por todos. Jesús nos desafía a amar incluso a nuestros enemigos, con una entrega total de nosotros mismos.

Tras acoger la palabra de Dios, la asamblea capitular escuchó la presentación del informe del superior general. El P. Carlos compartió que el documento era el resultado de la dedicación de todos los miembros de la administración general, pues es un resumen de la riqueza de toda la congregación. Es sobre todo una expresión de gratitud por el trabajo y el testimonio de cada dehoniano que ha hecho historia en los últimos seis años. El P. Carlos dividió su informe en dos grandes bloques: en primer lugar, se informa el trabajo de la administración general en relación con todas nuestras entidades, haciendo hincapié en los dones y desafíos que han encontrado, y después se hace una apreciación sobre las actividades de todos los sectores, comisiones y grupos de nuestra congregación.

El P. Carlos afirmó que el consejo general trató de traducir en acciones concretas lo que han entendido como resultados de los dos últimos capítulos generales, considerando que el anterior de 2018 fue convocado en circunstancias extraordinarias y tuvo como objetivo principal elegir una nueva administración. El XXIV Capítulo General duró sólo dos semanas, y fue como “un tren en alta velocidad que se detiene para cambiar pasajeros”.

El P. Carlos habló de los retos a los que se enfrenta la nueva administración, especialmente tras la dimisión y sustitución de dos consejeros, la pandemia de COVID 19 que les impidió viajar y visitar entidades durante el periodo de bloqueo, y la dificultad de establecer una buena comunicación dentro de nuestra congregación. A pesar de estas limitaciones, estamos haciendo un trabajo asombroso en todo el mundo. De hecho, todo el mundo está haciendo un gran esfuerzo por compartir nuestra espiritualidad, continuar la labor de evangelización y manifestar una presencia carismática al servicio de la Iglesia.

En cuanto a los miembros, la situación de la congregación es estable. Sin embargo, hemos notado un verdadero cambio en la composición de la congregación. Es cierto que nuestro rostro es cada vez más asiático y africano, ya que en estas zonas geográficas están floreciendo con vocaciones y nuevas energías. Pero también es el momento de redescubrir quiénes somos realmente y quiénes estamos llamados a ser, de revisar y promover nuestras Constituciones, que expresan nuestra identidad común. Somos conscientes de que la Regla de Vida sigue siendo desconocida para muchos miembros de la congregación.

Estamos en comunión con la Iglesia Universal, y por ello hemos escuchado la invitación del Papa Francisco a cuidar de nuestra casa común, a acoger a los refugiados, a proteger la dignidad de los más vulnerables. Nuestras entidades han mostrado una gran creatividad para responder a las necesidades urgentes de nuestras sociedades heridas, viviendo concretamente el ministerio de la reparación con el amor de Cristo. Se vivió un momento de profunda emoción cuando el superior general compartió la experiencia de visitar a nuestros cohermanos en Ucrania, que eligieron valientemente permanecer junto a las víctimas de la guerra, sirviéndoles como signo de oblación concreta de sus vidas.

El avance de internet y de la tecnología de la información nos ha ofrecido nuevas posibilidades de evangelizar y de difundir nuestro carisma dehoniano hasta los confines de la tierra. Sin embargo, reconocemos que a veces hacemos un mal uso de estos instrumentos y, en lugar de comunicar el Evangelio y la persona de Cristo, lo convertimos en una plataforma para promover intereses individuales. Es importante reflexionar sobre cómo crear un verdadero y legítimo apostolado en Internet en nuestras entidades.

Otros temas importantes a considerar son la formación, la espiritualidad, la misión, la internacionalidad. El capítulo general debe ser un momento de evaluación sincera del trabajo que hemos realizado hasta ahora y de las nuevas posibilidades que nos da el Espíritu. Seguimos afirmando nuestro compromiso de ir a las periferias y de encontrar creativamente nuevas formas de vivir nuestra llamada a ser discípulos misioneros del Corazón de Cristo. No nos desanimamos, más bien vemos estos desafíos como una bendición que nos empuja hacia adelante. El P. Carlos concluyó invitándonos a todos a una renovada disponibilidad para la misión, a promover las vocaciones y a fortalecer nuestra fraternidad.

Después del almuerzo, nos dividimos en grupos lingüísticos para trabajar en el informe del superior general. Aplicando el proceso de conversación espiritual, escuchando al Espíritu de Dios y escuchándonos unos a otros, se nos pidió que reflexionáramos sobre cuáles son los puntos fuertes que debe asumir y desarrollar la próxima administración, y cuáles son las carencias que deben cambiarse. De vuelta a la asamblea plenaria, tuvimos la oportunidad de compartir los resultados de este rico momento. En general, damos gracias al Señor por el verdadero sentimiento de esperanza y alegría que se ha visto hoy. Como dehonianos en el mundo, deseamos seguir siendo fieles a nuestra llamada y dar testimonio de nuestro Sint Unum en este mundo en transformación.

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