Este fue el espíritu que animó el SINT UNUM, el encuentro de formadores y de cohermanos en formación de la Provincia BSP, en el Conventinho de Taubaté, los días 9 y 10 de agosto. Esta iniciativa se inscribía en las celebraciones del Año de la Vida Comunitaria y del Jubileo Dehoniano.
La acogida — signo fuerte del carisma de nuestra Congregación — caracterizó la llegada de más de 90 cohermanos en formación, provenientes de todas nuestras casas y etapas formativas. Nuestro encuentro comenzó junto a la Virgen María, con la oración del Santo Rosario, recordando la importancia del “Ecce Ancilla” en la espiritualidad de nuestra Congregación. La tarde del sábado vivimos una velada dehoniana con la juventud dehoniana de nuestras parroquias del Valle del Paraíba. Fue un momento hermoso, que mostró que nuestra identidad espiritual permanece viva y conserva su fuerza de atracción.
El domingo por la mañana recordamos la importancia del “SINT UNUM” como una de las expresiones carismáticas de nuestro Instituto. Este momento fue conducido, en nombre del Gobierno Provincial, por el consejero padre Marcelo Batalioto, quien subrayó, entre otros aspectos, la importancia de la formación en nuestra provincia, la necesidad de dejarse formar por quienes la Congregación indica, así como el trabajo — muchas veces discreto pero esencial — realizado por los formadores en las distintas etapas. Posteriormente, nuestro cohermano maranhense, el padre Arlysson Ernesto, que según sus propias palabras “no es profesor, no es formador”, pero cuyo amor innegable por la Congregación nos ofreció una verdadera lección de vida religiosa.
La tarde del domingo estuvo marcada por la alegría y la fraternidad, con un juego en equipos entre los cohermanos en formación, que culminó con un torneo de fútbol en el célebre campo del Conventinho — que desde hace tantos años ha acogido a cohermanos y seminaristas muy talentosos… y a otros un poco menos (sonrisa).
Agradecemos a toda la comunidad del Conventinho — empleados, dirección, formadores y especialmente a los hermanos y diáconos — por su entrega al acogernos con tanta calidez. Realmente nos sentimos en casa. Gracias también a las casas de formación por haberse sumado a esta iniciativa y haberse organizado para vivir este momento de unidad provincial, así como al Gobierno Provincial por su convicción de que la misión de formar hombres según el Corazón de Jesús es esencial para perpetuar nuestro carisma en las almas y en la sociedad.
¡Viva el Corazón de Jesús!