No Más « Granos de Mostaza »

Quince años han pasado desde que dejé la India. Del 11 al 30 de noviembre, sentí como si la vida misma me abriera un camino para regresar — o más exactamente, para volver a casa. India siempre ha sido mi « segundo hogar », un lugar que moldeó mi vocación y mi identidad como misionero. Muchas cosas han cambiado, y es normal. Lo que más me conmovió fue ver a tantos jóvenes cohermanos que alguna vez fueron mis estudiantes en formación sirviendo ahora como sacerdotes. Ya no son « granos de mostaza », sino « plantas de mostaza », listas para participar en la obra de Dios a través de la Congregación y la Iglesia, tanto a nivel local como global.

En camino de convertirse en una Región

Este año, el Distrito de la India se está preparando para convertirse en una Región — un paso importante hacia la madurez y una mayor responsabilidad dentro de la Congregación. Como en toda familia, un niño que crece eventualmente necesita valerse por sí mismo. La pregunta clave es: ¿están listos?

En muchos aspectos, los signos son alentadores. El distrito cuenta ahora con 110 miembros: 90 sacerdotes y diáconos, y 20 cohermanos con votos perpetuos o temporales. Muchos tienen sólidas formaciones académicas, diversas habilidades y fuertes talentos personales. Con tales recursos, es justo decir que están en el camino correcto. Por supuesto, la preparación no depende solo de los números. La estabilidad económica, así como la madurez personal y espiritual, son igualmente importantes. Pero como en todo viaje hacia la edad adulta, la confianza y el coraje son esenciales. Los miembros en la India quieren crecer y no depender demasiado de los demás. Nuestro apoyo y oraciones siguen siendo importantes mientras avanzan. Convertirse en una Región debería ayudarlos a trabajar de manera más efectiva y dinámica, y no solo a crecer en tamaño sin dirección.

Económicamente, están tomando iniciativas creativas: producir hostias de comunión para varias diócesis, administrar una tienda de artículos religiosos y desarrollar talleres que confeccionan vestimentas y artículos litúrgicos. Estos talleres también empoderan a las mujeres capacitándolas desde cero — una contribución modesta pero significativa a la comunidad.

Un Período de Transición

Convertirse en una Región requiere estabilidad en muchas áreas. La formación siempre ha sido sólida desde los inicios del trabajo misionero de los SCJ en la India. Pero ahora están entrando en una fase de transición que exige equilibrar la formación con el ministerio pastoral. A medida que sus efectivos aumentan, se están expandiendo a más diócesis y estados.

Hace quince años, solo tenían siete comunidades; ahora hay diecisiete, sin contar a los que viven temporalmente en parroquias. De una ubicación inicial en solo tres estados, se han extendido a siete: Kerala, Andhra Pradesh, Tamil Nadu, Telangana, Maharashtra, Odisha y Goa. Este es un crecimiento dinámico, y la esperanza es que la formación — el corazón de la entidad — siga siendo una prioridad.

El Movimiento hacia el Norte

Uno de los desarrollos más alentadores es su compromiso de avanzar hacia el Norte de la India, en línea con su Declaración de Misión original:

« Servir en las regiones de la India donde la necesidad de religiosos y sacerdotes es más urgente, sobre todo en el Norte de la India. »

Este compromiso merece reconocimiento. Ahora tienen dos comunidades en Odisha. Una comunidad se enfoca en el trabajo misionero, sirviendo a pequeñas comunidades rurales y a aquellas de castas inferiores, con un fuerte énfasis en la educación y la atención médica. Incluso han construido una pequeña clínica y buscan voluntarios médicos para servir en regiones aisladas. La segunda comunidad es una casa de formación para estudiantes de pre-seminario que se preparan para el seminario menor. Las vocaciones en esta región son prometedoras, ofreciendo esperanza para la misión del distrito en el Norte. Por ahora, viven en un antiguo edificio de convento prestado por la diócesis mientras buscan un terreno para construir sus propias casas de formación y misión.

Oasis Espirituales

Los jóvenes cohermanos también están desarrollando nuevos centros espirituales y de renovación en lugares como Nambur, Kumbalanghy y Arthunkal. Estos centros muestran que el ministerio dehoniano no se limita al trabajo parroquial, sino que incluye un acompañamiento espiritual profundo. Los centros ofrecen un espacio para retiros, reflexión y crecimiento espiritual — respondiendo a la necesidad de lugares tranquilos donde la gente pueda nutrir su vida interior.

Uno de estos centros en Arthunkal fue bendecido durante mi visita, haciendo el momento aún más significativo. Su establecimiento no fue solo una iniciativa interna; fue solicitado por el obispo local, quien reconoció el valor de la espiritualidad dehoniana, en particular la devoción al Sagrado Corazón. A través de estos centros, los cohermanos están invitados a compartir la ternura y la compasión del Corazón de Jesús con todos aquellos que buscan paz, renovación y orientación.

Voces de los Márgenes

Más allá de Odisha, los cohermanos SCJ también sirven en pequeñas parroquias aisladas en Kerala, Andhra Pradesh y Telangana. Son lugares tranquilos, lejos de la vida urbana, a menudo con instalaciones limitadas. Es en estos lugares donde la presencia de un sacerdote se siente especialmente cercana: caminando por senderos estrechos para visitar familias, celebrando la Misa en diminutas capillas llenas de esperanza, o simplemente sentándose y escuchando las dificultades de la gente.

Algunas de estas pequeñas comunidades han sido confiadas a los SCJ para que las desarrollen de simples capillas a comunidades parroquiales. Esta confianza es significativa y refleja la confianza de la Iglesia local en la dedicación de los misioneros SCJ. Aquí, el espíritu del Padre Dehon se hace visible: elegir estar presente entre los pequeños, los dispersos y los a menudo invisibles — convirtiéndose en compañeros y pastores para aquellos que más necesitan atención espiritual.

De Semillas a Sombra

Al observar el Distrito de la India hoy, siento como si estuviera viendo un campo una vez plantado con diminutas semillas que ahora se transforma en un jardín exuberante. Hay desafíos, cambios y trabajo duro — pero también energía, creatividad y el coraje de explorar nuevos territorios de misión. Esta visita me recordó que el trabajo misionero no se trata de resultados instantáneos. Se trata de permanecer fiel al proceso: caminar con la gente, guiar a los que están en formación, iniciar obras pastorales y abrir puertas para la próxima generación. La India, una vez mi segundo hogar, se ha convertido ahora en un jardín floreciente donde las semillas plantadas hace años han crecido en árboles que ofrecen sombra a muchos.

Mientras emprendía el viaje de regreso a casa, una convicción permaneció conmigo: esta historia está lejos de terminar. Este es solo el comienzo de un nuevo capítulo. Los jóvenes cohermanos SCJ en la India están listos para escribir las siguientes páginas. Simplemente debemos seguir apoyándolos, orando por ellos y confiando en que toda obra comenzada en el amor siempre encontrará una manera de crecer.