P. José Miguel García Tutor

P. José Miguel García Tutor

* 17.12.1941
† 07.01.2022
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Padre José Miguel García Tutor nació el 17 de diciembre de 1941 y tenía 80 años. Hizo sus primeros votos el 29 de septiembre de 1958 y fue ordenado sacerdote el 5 de marzo de 1967.

Actualmente vivía en Salamanca (España). Pertenecía a la Provincia ESP.

Venite ad me, omnes qui laboratis, et onerati estis: et ego reficiam vos. (Mt 11,28)


Venta de Baños, 7 de enero de 2022

Queridos hermanos religiosos:

En esta mañana del 7 de enero de 2022, el Señor ha querido llamar eternamente junto a sí a nuestro hermano el P. José Miguel García Tutor. Ciertamente, en los días previos a la Natividad nos habíamos preocupado por una fortísima infección, que precisó de tratamientos precisos a lo largo de unos días de hospitalización, pero de la que se recuperó y obtuvo el alta médica. Me comentaba, además, el Superior de Salamanca, que ayer, día de la Epifanía, había sido un día especialmente alegre para José, porque durante su encuentro con los “reyes magos” se había mostrado particularmente alegre, logrando incluso expresarse de modo oral. Pero esta mañana, de modo muy rápido, se ha llegado a este desenlace que pone un punto y seguido al camino, durísimo en estos últimos años, de nuestro hermano y compañero.

Su personal itinerario comenzó en Fuentestrún (Soria) el 17 de diciembre de 1941, cuando fue acogido en el seno de la familia formada por sus padres Aurelio y Fortunata y que se iría ampliando con sus hermanos Ángel, Francisco y Santos, esta última también entregada al servicio del Señor como laica consagrada en las misiones de Paraguay. El camino vocacional del P. José Miguel se fue consolidando en su etapa como seminarista menor en Puente la Reina (1953-1957), de donde saldrá hacia Zurraure para llevar a cabo su Postulantado y su Noviciado culminados en su Primera Profesión el 29 de septiembre de 1958. Comienza entonces un periplo formativo bastante amplio. Salamanca lo acoge para sus estudios de filosofía (en nuestro Escolasticado: 1958-1961) y de teología (en la Pontificia de Salamanca: 1963-1967, año en que obtiene la licenciatura). Miembro de la ya desaparecida comunidad de Madrid III, se especializará en el Instituto León XIII de Madrid en pastoral universitaria (1967- 1968). Será en la capital de España donde hará Profesión Perpetua el 6 de enero de 1962 en Madrid I.

Acabada su formación de base adquirida en las comunidades de Salamanca y Madrid I, irá accediendo a los diversos grados del Ministerio: órdenes menores (en la catedral de Salamanca el 17 de enero de 1965 de manos de Mons. Francisco Barbado Viejo OP), subdiaconado (en Salamanca el 3 de abril de 1966 por Mons. Teodoro Labrador Fraile OP, arzobispo de Fuzhou, China), diaconado (en la capilla del Obispado de Zamora, de manos de Mons. Eduardo Martínez González, el 30 de octubre de 1966) y presbiterado (el 5 de marzo de 1967 en Salamanca por Mons. Demetrio Mansilla Reoyo, obispo de Ciudad Rodrigo). La habilitación ministerial será acompañada de más estudios en el ámbito civil, como su licenciatura en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid (1972) y su diploma en filología inglesa por la UNED (1978).

Todo este bagaje se pone al servicio de la misión que la Congregación desempeña en la Provincia española. En Salamanca I será responsable del Seminario menor que también allí hubo (1968), pasando luego a Novelda y Madrid I como prefecto de disciplina y profesor. Las labores de director técnico las desempeñó en Venta de Baños y en Puente la Reina. De esta última comunidad será Superior entre 1983 y 1992. Ese año es llamado a Roma para ser el Rector del Colegio Internacional y Superior de la comunidad, cargo que desempeñará entre 1992 y 1998, compaginándolo con el de encargado de la formación permanente de la Congregación el bienio 1992-1994.

Culminados estos servicios en la Ciudad Eterna, que tanto amó, regresó a Venta de Baños durante el curso 1998-1999 para pasar de nuevo a Salamanca I, donde se ocupará como socio del Maestro de Novicios y a una ímproba tarea de traducción de varios libros del P. Fundador, que fueron viendo la luz en la primera década de este siglo. Precisamente, en esta labor tan minuciosa de traducción fue donde se pudieron constatar los primeros indicios fuertes de la inmisericorde enfermedad que acabó doblegándolo en muy pocos años hasta dejarlo atado a la cruz del silencio.

En efecto, hoy se consuma esa llamada, tan peculiar como exigente, de la que da noticia la Cst. 24 cuando afirma: “La vida reparadora será vivida a veces mediante la ofrenda de los sufrimientos sobrellevados con paciencia y abandono, incluso en la oscuridad y la soledad, como una eminente y misteriosa comunión con los sufrimientos y la muerte de Cristo para la redención del mundo”. Es misterio. Misterio de vida. Misterio de muerte. Todos en la Provincia somos testigos de que el P. José Miguel ha tenido que vivir palabra por palabra esta posibilidad que contempla nuestra vocación. Y es el misterio total en el que hoy entra, discreto y tranquilo, nuestro hermano el P. Tutor, por quien oramos y a quien nos encomendamos, unido ya a la compañía de todos los hermanos de Congregación que, en la esperanza cristiana, creemos ya curados de toda enfermedad y de toda dolencia, como nos recuerda y promete el Evangelio (Mt 4,23-25) que precisamente hoy ilumina este día del tiempo de Navidad, pero para nosotros triste por ser de despedida.

Querido P. José Miguel, el Dios que vence toda oscuridad y que rompe el silencio con los ruidos y los movimientos de un Niño recién nacido te dé su paz y su bendición. Tú que hiciste de Su camino tu camino, pide para nosotros, que seguimos aquí, Luz para el Camino, hasta encontrarnos de nuevo en la patria sin fin. Descansa en la paz del Corazón de Jesús.

P. Juan José Arnaiz Ecker, scj
Superior provincial

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