12 mayo 2023
12 may. 2023

Una Economía para Todos. Mensaje final

Una Economía para Todos. Mensaje final
Mensaje final del seminario teológico tenido en ESIC University Madrid desde el 7 al 11 de mayo de 2023.
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  1. La sociedad cambia de modo tan vertiginoso que pareciera que no tenemos tiempo de acostumbrarnos a ninguna novedad. Un instante cambia y es sucedido inmediatamente por otro. Y lo importante, ¿dónde queda? ¿cómo poder anunciar el Evangelio en un mundo tan cambiante con un mercado que nos seduce con promesas de felicidad que se adquieren en las tiendas? Al final del seminario “Hacia una Economía para Todos: Inclusiva, Sostenible y Justa”, tenido en el ESIC de Madrid desde el 7 al 11 de mayo, los miembros participantes queremos compartir con ustedes, hermanos de la Congregación, las respuestas a estas importantes preguntas. También al Padre Dehon le tocó pensar cómo anunciar y vivir el Evangelio en su mundo tan cambiante. Él se arriesgó a pensar, a asesorarse con gente que estaba en el mundo de la industria, a profundizar en el naciente pensamiento social cristiano y, gracias a este esfuerzo, se fue forjando parte de nuestra espiritualidad.
  2. A las Comisiones Teológicas Continentales les ha tocado pensar durante un año sobre como hablar de una economía para todos. Ellas elaboraron reflexiones donde la Justicia, la Sostenibilidad y la Inclusión fueron tenidos en cuenta como elementos irrenunciables para vivir cristianamente. Después de un año, aquí en Madrid, las comisiones han tenido que conversar con expertos en economía, interlocutores sabios que abrieron nuestro espacio de diálogo teológico intercontinental. De allí salieron tres desafíos inquietantes que creemos deben ser profundizados y trabajados intelectualmente, pastoralmente y espiritualmente.
  3. ¿Es posible una economía justa para todos en el Antropoceno y en la pluralidad de las culturas? Nuestra respuesta es que sí es posible y supone superar una visión única de la economía que se impone en la actualidad. Se nos desafía a trabajar de modo sinodal las diversas experiencias, voces y visiones, asumiendo juntos las injusticias de nuestras economías. Palabras como “Ubuntu”, “Buen Vivir” o Común, nos recuerdan que el Evangelio debe ser pensado en el actual contexto difícil, plural, pero, al mismo tiempo, fascinante. Es cautivador porque está lleno de ideas, de sueños e interpretaciones diferentes. Nuestro desafío está en saber reparar las heridas debidas a una visión dominante y escucharnos para construir el poliedro de las voces y visiones cautivantes.
  4. ¿Es posible un desarrollo sostenible y respetuoso en un mundo caracterizado por una economía depredadora? Más que preguntarnos si es posible, debemos decir que es realmente necesario. Hay que apostar por una economía humana y ecológica, donde la naturaleza pase a ser vista como espacio de vida y no como recurso de la rentabilidad financiera. Es necesario pensar, implementar y gestionar buenas prácticas en el uso de los recursos para dejar de ser depredadores de aquello que pertenece a la comunidad viviente del planeta (aguas, tierras, vegetación y fauna). Nuestro desafío: Repensar la oblación como modo de relación dada por el Espíritu. Oblación es lo opuesto a depredación. La oblación es respetuosa, sincera, dócil, empática y donante.
  5. ¿Es posible un modelo económico inclusivo? Este es quizá uno de los mayores desafíos y no puede acontecer al margen de los dos aspectos anteriores. Se puede establecer un sistema justo y, sin embargo, ser sordos ante quienes piensan distinto a nosotros. Podemos construir parques, jardines, utilizar energía limpia y comprar los productos más baratos hechos por empresas que contaminan en otros países. Es posible tranquilizar las conciencias mediante ayudas y, al mismo tiempo, construir muros para defender lo propio ante las posibles amenazas que vienen del exterior. Es común hablar de derechos humanos y tribalizar, al mismo tiempo, la ciudadanía y los permisos de residencia a personas provenientes de países más pobres. Incluir no es una tarea fácil. He aquí un gran reto: reconocer, conocer, amar y trabajar a favor del diferente. Es un desafío epocal, que va contracorriente, exige salir del espacio tribal, des-absolutizar la propiedad privada y apostar por lo común abierto al otro diferente, quien debe dejar de ser un forastero para tornarse en un hermano.
  6. La tarea del Seminario no termina con nuestro encuentro. La tarea debe continuar. La Asamblea invita a las Comisiones Continentales a asumir la labor de continuar la reflexión sobre nuestra Espiritualidad y la Economía y propagar los resultados de las respectivas entidades. La misión del Padre Dehon debe continuar en nuestro tiempo

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