31 agosto 2020
31 ago 2020

Dehonianos encarcelados en Bielorrusia

Dos religiosos dehonianos han sido víctimas de la represión del gobierno bielorruso. Son “culpables” por compartir la protesta de cientos de miles de personas que reclaman justicia y sus derechos. Hemos recogido su testimonio que, también, es un reclamo a la Congregación.

de  Sergio Rotasperti

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“Estábamos con nuestra gente, con el pueblo, ya que nuestro fundador, el P. Dehon, estuvo cerca del pueblo durante su vida. Experimentamos la injusticia, experimentamos el miedo, pero nos sentimos profundamente unidos a Dios…”

Este es el breve testimonio de uno de los dos religiosos dehonianos que fueron víctimas de la actual represión en Bielorrusia. Por razones de seguridad, sus nombres permanecen en el anonimato. Detenidos en prisión junto a otros muchos, fueron liberados después de una semana. Aún no han superado el trauma y el shock psicológico, pero siguen dando testimonio junto a la gente.

Los dehonianos en Bielorrusia se dedican a la labor social, llevando a cabo el ministerio parroquial. En este momento se están solidarizando con las víctimas y rezando por ellas. Nos dicen: “Ha ocurrido y está ocurriendo un gran cambio en los corazones y las mentes del pueblo bielorruso. El pueblo está unido contra la dictadura. Se están produciendo persecuciones, pero junto con todas las iglesias cristianas, nuestros hermanos y hermanas judíos y musulmanes, estamos intentando de una manera diferente romper la violencia y proteger los derechos de las personas”.

¿Qué está pasando en Bielorrusia?

Bielorrusia está atravesando uno de los momentos más críticos de su reciente historia social y política. Se siguen produciendo una serie de manifestaciones y protestas populares contra el Gobierno de Bielorrusia. El Presidente Alexander Lukashenko, descrito como “el último de los dictadores” en Europa desde el 20 de julio de 1994, fue reelegido por sexto mandato consecutivo durante las elecciones presidenciales del 9 de agosto de 2020. Se le acusa de fraude electoral, corrupción, negarse a tomar medidas de seguridad para la pandemia de COVID-19, represión de la oposición y censura de la prensa.

Cientos de miles de personas han tomado las calles para exigir justicia y nuevas elecciones. Las Naciones Unidas están siguiendo el desarrollo del asunto con preocupación y la Unión Europea ha condenado la violencia policial tras las elecciones y ha declarado que “no acepta los resultados de las elecciones”. Por el contrario, otras potencias mundiales, como la Federación de Rusia y China, tras las elecciones, felicitaron a Alexander Lukashenko.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos condenó la represión, el encarcelamiento y la tortura que tuvieron lugar tras las protestas populares.

Fuerte apelación

Durante el Angelus del 16 de agosto, el Papa Francisco hizo una fuerte apelación al diálogo contra la violencia: “Sigo de cerca la situación postelectoral en este país y hago un llamamiento al diálogo, al rechazo de la violencia y al respeto de la justicia y la ley”.

Nuestros hermanos dehonianos también realizan una petición a toda la Congregación: “Invitamos a nuestra Congregación a la oración y al ayuno por Bielorrusia.  Una llamada que esperamos no sea desoída”.

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