Llamados a vivir en comunidad
En la Iglesia,
estamos llamados a seguir a Cristo
y a ser en el mundo los testigos y servidores
de la comunión de los hombres en una comunidad fraterna.
Gracias al don del Espíritu
nos comprometemos libremente
a vivir esta vida comunitaria.
Buscamos su inspiración y su modelo
en la comunidad de los discípulos
reunidos en torno al Señor,
y en las primeras comunidades cristianas.
[Los hermanos] perseveraban en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones…Los creyentes vivían todos unidos y tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y los repartían entre todos, según la necesidad de cada uno (Hch 2,42-45).
(Regla de Vida, 59)