Desde hace varios años, el voluntariado misionero es una forma de que los laicos SCJ (jóvenes y no tan jóvenes) expresen su sentido eclesial de la misión y el servicio a los demás. En Europa comenzó como una iniciativa coordinada por las Provincias y sus países de misión ad gentes. En los últimos años las provincias de Italia, España y Portugal se han unido en el proyecto “Mi Misión”, vinculado especialmente a la pastoral juvenil y vocacional. Los jóvenes de estas entidades se prepararon juntos, con diversas reuniones a lo largo del año, y luego se fueron a un país de misión (Albania, Mozambique, Ecuador, Angola, etc.) para poner en práctica el proyecto de voluntariado que se había trazado y preparado. La pandemia destruyó esta hermosa iniciativa interprovincial. Ante la incertidumbre sobre los proyectos futuros, las provincias han preferido volver al primer modelo: cada una prepara a sus voluntarios para un territorio de misión con el que tiene cierta afinidad. Por el momento, se ha abandonado el modelo de colaboración internacional…
En este contexto, y con gran temor e incertidumbre, las Provincias Ibéricas de España y Portugal prepararon a sus voluntarios, con la esperanza de que fuera posible salir en el verano. Y así fue. Casi una treintena de voluntarios salieron de Europa con la perspectiva de dar su tiempo y sus conocimientos a personas necesitadas. La experiencia nos dice que suele ser mucho más lo que se recibe que lo que se da. El aprendizaje es mutuo, pero los que se van pensando que van a dar mucho, generalmente vuelven más ricos y con una nueva forma de ver la vida, de vivir la fe, de leer la historia y de ver la Iglesia de Cristo. Vuelven con la sensación de haber dado tan poco y haber recibido tanto. Esto es lo que esperamos que ocurra de nuevo con los voluntarios SCJ de España y Portugal que están en misión.
Hay 20 voluntarios SCJ de la Provincia de España que están en misión en varios países de América Latina. En Quito, Ecuador, seis jóvenes de la Universidad ESIC realizan actividades de carácter social, formación de jóvenes, campamentos para niños e inserción en comunidades misioneras. Otro grupo de jóvenes está en la Misión de San José de Campos Limpios, en Paraguay, realizando tareas de actividad social y animación parroquial. Todavía en Paraguay, hay un grupo en la Bahía de Caráquez de apoyo a los discapacitados y comedores sociales. Por último, hay otro grupo de voluntarios en Argentina, en la región de El Chaco, que ayuda a los jóvenes que salen de situaciones difíciles, acompañando a los grupos parroquiales y prestando apoyo en el comedor social.
Por su parte, los voluntarios de SCJ en Portugal están desarrollando proyectos en Angola en las misiones de Luau y Luena: construcción de una escuela, apoyo a los niños en edad escolar y formación informática básica. Ocho voluntarios participan en estos proyectos. En Mozambique, 9 voluntarios llegan a la Misión de Gurué. Allí desarrollarán proyectos en el ámbito de la socialización, la pedagogía y la formación de las jóvenes para las tareas domésticas.
Son los que han decidido dejar el sofá y salir al encuentro de las periferias existenciales, como ha insistido el Papa Francisco. Tocan una nueva realidad y experimentan que “la felicidad está más en dar que en recibir” (Hechos 20,35).
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